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Soy una perra mestiza. No creo en las razas, si en las especies. Y en las especias...porque yo soy especial.

domingo, 11 de enero de 2009

Aprendiendo a educar a las hadas...


Apenas me acordaba ya de buscar entre el musgo de los arboles, aquellos huecos donde creía que habitaban. Al mirarlos, solo veía verdor y humedad. Respiraba y era como si se me mojaran todos los poros de la piel.
No había vuelto a verlas desde aquella vez cuando… es igual, tú tampoco me creerías. No voy a insistir, aunque insistas. De nada sirve que te cuente si me miras con esa sonrisa que más bien pareciera que me estuvieses perdonando la vida. ¿Tú nunca las viste? ¿No hablaste con ellas? No, no es que no se le aparezcan a cualquiera, en realidad cualquiera puede verlas, tocarlas, hablar con ellas y soñarlas. Pero no se te ocurra intentar aprender a educarlas.
Cuando el frío arrecia y siento la necesidad de arrebujarme entre las mantas. Cerrar los ojos y esperar el cambio de escena como en las películas de amor, a veces consigo dormirme. Otras rebobino tantas veces el comienzo de la historia que quiero ver, que se me olvida como empezó todo. Erase una vez…¿o fueron dos? Me duele la memoria que se pierde. Como las llaves antes de salir de casa. Yendo y viniendo entre los bolsillos de las chaquetas.
Apenas me acordaba ya de buscar entre el musgo de los arboles, aquellos huecos donde creían que habitaban. ¿En serio no las viste? ¿De verdad que no hablaste con ellas? Si, aquella vez cuando… En la calle no hay arboles con musgo y la humedad sube grasienta por las alcantarillas. No hay montañas que subir. No, no voy a insistir, aunque insistas. Las escaleras me invitan a coger el ascensor sin siquiera mirarme en el espejo. No, no me mires así como si me estuvieses perdonando la vida porque yo no quiero estar en paz contigo. ¿Para poder dormir? Quiero seguir la guerra que empezamos no recuerdo cuando. Ni si fuiste tú o fui yo quien la comenzó. No, no quiero estar en paz contigo. Para que dejes de mirarme así. Para dejar de contarte cuentos de hadas. Para que no se te ocurra nunca aprender a educarlas.

9 comentarios:

Arantza G. dijo...

El mundo de las hadas es totalmente anárquico, nadie debe educarlas; ellas tienen que tener la libertad para meterse por los poros de una reseca piel y hacerla vivir.
Un beso.

Arwen dijo...

Que bonito es creer en las Hadas!! lastima que ya casi nadie crea en ellas...mas bien tendriamos nosotr@s que educarnos el corazón...me gusto mucho la entrada Laura..besitos

Alfonso Saborido dijo...

A las personas nos pasa como a los receptores de radio. En un momento, sin saberlo, se desintoniza nuestra emisora, y ya no hay manera de entendernos. Por mucho que escuchemos, o hablemos, nada cuadra. Lo blanco es negro y lo negro es blanco.
Hasta algo tan fácil de creer como es en las hadas, se hace imposible.

VIVIR dijo...

No entendi (por mi torpeza en el asunto) nunca eso de las hadas... ¿madrina...jajajaja? pero si es verdad que existen libros del tema a porrillo... (hay que comer caliente como sea... jajajaja)

Me ha gustado una "jarta" tu post... como todo lo que escribes...

Un besazo sobrina...

Paco Guerrero dijo...

pasar en un bosque profundo en noche cerrada y ya me diran los que no creen si existen o no las hadas.los elfos y demas habitantes del sub mundo.

Unknown dijo...

mmm hadas? no se yo... aunque de existir, la magia sería una buena solución para todos los problemas... bicos!

Mónica dijo...

Y salen en los dias de lluvia. besitos y precioso texto. Me has recordado un libro de Martín Garzo.

eva dijo...

me encantan las hadas, y no necesitan ser educadas, eso lo dejamos para los lumanos :p besitos

Nerina Thomas dijo...

Qué maravilla tu post!! Me has llevado de aquí para allá con tus palabras!! Me han encantado-
te quieroooooo