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Soy una perra mestiza. No creo en las razas, si en las especies. Y en las especias...porque yo soy especial.

viernes, 10 de julio de 2009

¿Bailamos?



No creo que sea tan difícil. Haremos como si no nos conociéramos. La tarde ha pasado tan lenta como tediosa. La poca luz que se colaba por las rendijas de las persianas ha dado paso a las velas que no han hecho más que espesar el ambiente espeso ya de por sí.
Me encantaría conocer a alguien como tú.
Recorriendo cada una de las habitaciones voy pasando el tiempo inventando historias de todos los que me rodean. No, no hay nadie como tú. Pero muchos me hacen sonreír. ¿Una copa? ¡y por qué no, siempre que no lleve alcohol! Me mira algo extrañado. Cree que no me doy cuenta. Yo hago como si se lo creyera. Y hablamos. Poco a poco cada vez más cerca. Suavemente, como si pensase que no se entera, cada vez más lejos. Su mirada recorre lugares increíbles porque sabe que no me lo creo, aunque haga ¡oh!. Mis ojos me delatan. ¿Dónde habré dejado yo las gafas? Me distraigo y se va. Suelto la copa dando vueltas alrededor de la mesa del recibidor repleta de restos de canapés y vasos de tubo manchados de carmín. Por eso salgo a la piscina que me dé el aire. Ni siquiera brisa sopla en esta noche tan plomiza como amarillenta. Como envejecida con hojas de té. Una camarera me ofrece un San Francisco. Siento que me he colado en una película diferente a la del guión que escribí. Nunca debí dejar que aquél individuo se hiciese con los derechos de la historia. La mueca hacia arriba de mi cara me recuerda que entonces no habría venido a esta fiesta, no habría conseguido el premio al mejor guión original en esta segunda historia firmada ya por mí. Y para mí.
No es tan difícil porque apareces de pronto buscándome. Te he reconocido al instante. Es como si nos conociéramos. La tarde ya anunciaba con su poca luz que te encontraría. Las velas. Te encantaría conocer a alguien como yo.
Recorriendo cada una de las habitaciones vas pasando el tiempo como a contrarreloj. Sin inventar historias de los que te rodean. No, no hay nadie como yo. Con una sonrisa que hace chispas el cuarto, rechazas una copa. Total, no tiene alcohol.
Y como si llevásemos las gafas puestas… ¿bailamos?

18 comentarios:

Camaleona dijo...

Al fin se encuentran las almas gemelas y que mejor forma de terminar la velada que bailando...

Laura dijo...

Camaleona, yo diría que qué mejor manera de comenzar que bailando...

Liliana G. dijo...

Comenzar la bailando para completar el guión no es mala idea. Tiene argumento y magia.

Un cariño grande, Laura.

Laura dijo...

Curiosamente, Liliana, este cuento es autobiográfico jjajjajjj... otros no, pero este si.

~ R ~ dijo...

Espero, mi Señora, que si algún día surge la ocasión, sea este veterano soldado capaz de mantener la atención de Vuestra Merced,... de pediros un baile,... y que se lo concedáis.

Expresiones desencantadas varias.

Laura dijo...

Mi Capitán, concedido, ya sabeis mi Señor que aquí, vuestra humilde sierva, baila hasta la música del telediario...¿Cómo podría yo rechazar un baile con vos? ¡Jamás!

Alfonso Saborido dijo...

Yo le quitaría a usted las gafas, y le pondría un par de telescopios y la invitaría a danzar entre las estrellas y las galaxias, para que fuera compañera de Hera o de Artemisa y los dioses desearan otra vez volver a ser humanos.
Efectivamente, estoy de acuerdo, no hay nadie como tú. Quizás por eso tienes todo lo que tienes.
Ea.
Qué de piropos para una noche nocturna :-P

Arwen dijo...

Me gusta mucho como narras tus historias de la vida, del amor...en esta me encanta lo de bailemos...que bonito el conocerse bailando al son de una musica romantica....besitoss con cariño
PD: gracias por preocuparte de mi salud eres un solete...

Laura dijo...

¡Alfonso, qué bonito! Claro que no hay nadie como yo...eso es lo maravilloso del ser humano, tampoco hay nadie como tú, somos únicos e irrepetibles, con nuestros aciertos y con nuestros errores, pero únicos a fin de cuentas... siii, bailemos bajo las estrellas o entre ellas, pero no dejemos de bailar.

Laura dijo...

Arwen, en este caso lo de "bailemos" es en sentido metafórico, un "vamos a dejarnos llevar por el ritmo que nos marque la vida, pero juntos".
Un beso preciosa

besandoelcielo aveces dijo...

No tengo palabras...de todas las historias que te he leído, ésta es la que más me gusta, Laura...
ES PRECIOSA!, como tú.
Un beso

Laura dijo...

Besandoelcieloaveces, tú si que me has dejado sin palabras... y mira que soy charlatana...¡uf!

Moncho López dijo...

Muy bonito, muy romántico. Si es autobiográfico, será de hace algún tiempo, porque hoy, como no sepas bailar salsa y el paso del "Titanic" o, el "Titanic con hielo..." - que ya tiene delito ponerle un nobre así a un paso de baile-, te quedas apoyado en la barra...
Pero qué bonito era decir: "¿bailamos?"
Un beso

Laura dijo...

Moncho...jajja...no sabía eso del Titanic con hielo...¡qué cateta es la gente jjajaj!
No es de hace mucho tiempo, pero no hubo baile jjajj...lo sigue habiendo... es un contínuo dejarse llevar por el ritmo de la vida. Ojo, la vida que nosotros queremos "bailar".
Otro beso para ti.

yoyoyo dijo...

cuando se está en un buen momento hay que dejarse llevar, claro que sí.

Laura dijo...

yoyoyo, en esas estoy, que soy una cometa...jajjaj

mariajose dijo...

que bonito el conocerse bailando, despues charlando, riendo y lo que sea... con una copa ... dos....o tres....si al final encuentras tu alma gemela... ha echo el baile de tu vida.
enhorabuena por el relato
un beso

Laura dijo...

Maria José, lo mejor es que seguimos bailando....