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Soy una perra mestiza. No creo en las razas, si en las especies. Y en las especias...porque yo soy especial.

martes, 26 de enero de 2010

La bicicleta




Aprendí a montar en bicicleta a base de chocar con las paredes. Mi mente no era capaz de pedalear y frenar al mismo tiempo, mucho menos poner los pies en el suelo. Tenía como referencia la valla de la casa de un vecino que me permitía hacer un recorrido más o menos suficiente para ir practicando sin caerme. Recto y sin baches, algo inclinado hacia abajo que me daba velocidad. La pared me esperaba para volver a empezar.
A fuerza de chocazos descubrí la técnica de defenderme girando levemente el manillar de manera que el impacto no me cogiese de frente. Poco a poco a golpe de giro fui esquivando la pared y recorrer algo más de camino. Más adelante aprendí a bajarme en marcha mientras la bici se llevaba la peor parte y yo salía indemne del envite.
Cuando se es pequeño, nada como esa fase empírica para manejarse por la vida, es más, hasta llegamos a alardear de las heridas de guerra como si de medallas se tratase. Y yo, lucía orgullosa mis rodillas, eternamente maquilladas de mercromina.
Pasan los años y aprendemos a frenar. A aparcar la bicicleta. Olvidamos la importancia de las heridas y las tapamos para que nadie las vea, que nadie sepa que nos hemos caído. Que nadie descubra que nos topamos frente a frente con un muro. Dejamos de recordar cuando aquellas noches, a golpe de pedal, se ponía en marcha la dinamo que encendía la luz que nos iluminaba por el camino. Ahora es mejor acurrucarse al refugio de una manta en nuestra casa, bajo nuestro techo, bajo nuestro miedo, que salir a buscar la luz que dan nuestras piernas al andar.
Cuando se es pequeño no hay pared que nos asuste y al crecer, a todas le salen brazos.

15 comentarios:

Sergio dijo...

i'm scared of the middle place between light
and nowhere.

http://www.youtube.com/watch?v=loNU4fVpO8E

Andrea Breq dijo...

Esta reflexión es una verdadera preciosidad...!!!!


Un besote con abrazo sin frenos...

A.

Arantza G. dijo...

Fantástico.
Cuando era niña, mi madre no me dejaba montar en bicicleta, ni patines ni nada que tuviese dos ruedas. Tenía miedo de que me descalabrase y quedarse sin hija; era la única que tenía y tiene.Pero la vida me puso un muro en el que romperme la crisma sin necesidad de ruedas y cada día cubro las heridas para evitar que ella las vea.
Un beso con todo cariño.

Laura dijo...

Emigrante, What a wonderfull song!!!!

Laura dijo...

Andrea, me encanta ese abrazo sin frenos...yo no soy una pared.

Laura dijo...

Arantza, nunca es tarde para aprender a montar en bici...y sobretodo, descubrir por una misma esquivar las paredes.
Un beso preciosa.

~ R ~ dijo...

Caramba, mi Señora, pareciera que fueseis una de mis hombres.

Todo buen soldado se siente orgulloso de sus heridas,... quizas por eso, siempre somos como niños.

Expresiones saliendo a buscar la luz varias.

Laura dijo...

Algún día, mi Capitán, contaré de aquella noche en vela en la que fuí nombrada "caballero"...

marfer dijo...

No se puede descibir la vida de una manera tan simple y a la vez tan real, como lo has hecho tu. Simplemente maravilloso.

Alfonso Saborido dijo...

YO aprendí a montar en bicicleta con mi padre. Me puso dos ruedas pequeñitas que me sujetaban. Luego me quitó una. Y un día me quitó las dos y no me dijo nada. Iba yo pedaleando y me gritó: 'Lo ves, ya has aprendido, vas sin rueda'. En ese justo momento, al ser yo consciente, me caí jajaja.
Recuerdo cuando me llevaba en el sillín de su bici, atrás, desde la Asunción a lo que hoy es la Granja, que antes era campo, de noche, con la luz de la dinamo, y se paraba en la venta de Richarte, frente a la venta Vallejo, para que yo jugara a los billarines.
Un día se quedó sin dinamo, se la arranqué yo para coger el imán jaja, apuntaba ya uno a hacer experimentos.
Y entonces, en esas noches no tenía miedo. Hoy sí, y eso que tengo linternas en vez de dinamo.

Maripaz dijo...

Precioso Laura!!

Aprendí a andar en bicicleta, a base de trompicones, sin mucho estilo, pero aprendí...

Con el paso de los años, no lo he olvidado, eso sí, el estilo no lo he mejorado, pero ahí está...

Como la vida misma...lo importante es ir viviendo y aprendiendo a vivir.

Un beso, cuidaté...

Moncho López dijo...

Dudo mucho que las paredes y los muros te frenen a ti; pero por ahora, no montes en bicicleta.
Un beso.

Nerina Thomas dijo...

Genia!! bella reflexión, la leeré al aire si me lo permites. un abrazo

jose-rota dijo...

¿QUE SE SUPONE QUE ERES UNA PERRA?

¿Y DESDE CUANDO SABES ESCRIBIR?

PAYASA

VIVA LA CIRGEN DE LA CABEZA DE ANDUJAR.

Laura dijo...

No tengo la más mínima idea de quién eres José-rota, pero además de saber escribir, también sé leer y comprender. Y además tengo opinión propia... y por supuesto también sé morder...
Es lo que tiene ser una perra como yo.